A lo largo de diferentes entradas, se van a ir exponiendo mitos y falsas creencias que pueden interferir en el buen funcionamiento de nuestras relaciones sexuales.
Son ideas equivocadas que están muy asentadas a nivel social y cultural, y que se dan por ciertas sin haberlas analizado detenidamente.
Si el hombre no tiene una erección, no puede disfrutar de la relación sexual: Falso
Debemos evitar caer en la falsa creencia de que las relaciones sexuales giran entorno a un pene erecto. Es una creencia muy limitante y otorga toda la responsabilidad de la relación sexual a que el pene esté erecto. El pene es una parte más del cuerpo, no es una máquina, y no dispone de ningún botón que lo encienda y lo apague al gusto. A veces la erección puede no darse, ya que es controlada por el cerebro, afectado y encargado de lidiar en otros muchos procesos (estrés, ansiedad, preocupaciones, etc.).
Tengamos presente que existen otros tipos de prácticas igual de placenteras, que se pueden llevar a cabo (caricias, masajes, estimulación del cuerpo en general, juegos de roles, masturbación, sexo oral, caricias, masajes, etc.) y que también constituyen una relación sexual.
La penetración es una práctica más y el placer no radica única y exclusivamente en los genitales.
Si a un hombre le gusta la estimulación anal, es gay. Seguro : Falso
El ano es una parte más de nuestro cuerpo con la que disfrutar, y su estimulación puede ser muy placentera tanto en hombres como en mujeres. La orientación sexual nada tiene que ver con ninguna parte del cuerpo, así que si un hombre disfruta de la estimulación anal (sea con penetración o superficial) no tiene por qué significar necesariamten que le gusten los hombres. Desasociemos y liberemos el disfrute de nuestro cuerpo.
Un hombre siempre está dispuesto a tener relaciones sexuales. Siempre está preparado para ello:Falso
El papel que se le ha otorgado en sociedad al hombre con respecto a su sexualidad, es un papel lleno de obligaciones y concepciones erróneas, en las que el hombre, su virilidad y su autoestima van ligado a su desempeño y apetito sexual, dejando en el olvido otras dimensiones de la persona (como sus emociones, por ejemplo). Por lo que según éste enfoque erróneo, el hombre siempre está dispuesto para el sexo, ya que tiene que estar probando continuamente su virilidad, para no ser menos entre su grupo de iguales.
Sexo es sinónimo de erección: Falso
Nuestra educación sexual sienta sus bases, erróneamente, en modelos de sexualidad obsoletos que otorgaban al sexo una función exclusivamente reproductiva, y para conseguir dicho objetivo es necesario penetración vaginal y un pene erecto. A día de hoy, la sexualidad se concibe desde lo que es, una manera lúdica y placentera de interactuar y comunicar, no exclusivamente como un mecanismo de hacer bebés. Por ello, para una relación sexual placentera, no es requisito indispensable penetración vaginal ni un pene erecto. Pues el placer se puede conseguir de diferentes maneras.
“Impotencia” significa pérdida de virilidad: Falso
La construcción tradicional de la masculinidad ha ido muy ligada al desempeño sexual del individuo. Para ser un “macho” hay que estar siempre dispuesto, con una erección casi perpetúa, sin importar si se ha tenido un mal día, cómo se pueda sentir, etc. Ésta idea de masculinidad tan común, reduce al hombre a un pene. Y además, un pene con obligaciones.
Se ha resumido, a modo de lectura fácil, unos cuantos de los muchos mitos que se manejan en el día a día. No hay que infravalorar el poder de hacer sentir mal y de mermar el amor propio de éstas ideas erróneas. Tampoco hay que caer en el mito de que no se puede cambiar ésta manera de pensar. En consulta se lleva un trabajo de cambio y reaprendizaje que acerca más a la persona a vivirse desde una postura más positiva y alejada del malestar. Date una oportunidad. Y si tienes cualquier duda, contacta.