A continuación algunos de los muchos mitos acerca de la sexualidad femenina, que suelen entorpecer nuestras relaciones, y hacer que disfrutemos menos.
Con la regla no se puede tener relaciones
FALSO. Durante la menstruación se puede mantener relaciones de igual manera que cuando no estamos con el periodo. La única diferencia: tener más cuidado con las posibles manchas.
Es más, muchas mujeres refieren que durante ésos días, notan un aumento de su líbido, y al estar la zona vaginal más sensible, notan las sensaciones con más intensidad.
Hay dos tipos de orgasmo: vaginal y clitoridiano
FALSO. Sólo hay un tipo de orgasmo, lo que sí puede ser diferente, es el tipo y origen de estimulación. Tanto si es el clítoris el que es estimulado, como la vagina, el recorrido de la información sensorial es el mismo.
Ésta concepción se remonta a finales del S. XIX y principios del XX, cuando se pensaba que eran fenómenos diferentes y a cada cual se le atribuyó significados diferentes. Así, el supuesto orgasmo vaginal (mediante penetración, que permite la reproducción) se dio por bueno, mientras que al supuesto orgasmo clitoridiano se le tildó de infantil, y además patológico, si perduraba su prevalencia en la edad adulta (éste no necesita de penetración. Necesaria para la reproducción, prácticamente el objeto oficial de las relaciones sexuales por aquella época). Dichas aseveraciones han ido preservándose hasta la actualidad, dónde, aunque un poco pulidas, todavía hay gente que sigue pensando que sólo mediante el llamado orgasmo vaginal se puede conseguir un orgasmo satisfactorio, de calidad. Y la estimulación clitoridiana es tan sólo un preliminar, y su orgasmo de menor calidad, y además, implica ser menos mujer.
Es peligroso para el feto mantener relaciones sexuales durante el embarazo
FALSO. A menos que haya alguna restricción médica específica, durante un embarazo es perfectamente normal mantener relaciones sexuales. El pene, por muy grande y largo que se pueda pensar, no lo es suficiente como para alcanzar el útero, que es dónde se desarrolla el feto.
El sexo anal puede producir enfermedades, como el cáncer
FALSO. El sexo anal es otra práctica más, y como todas las demás, con la debida protección e higiene por parte de las personas involucradas, no conlleva riesgo asociado a ninguna enfermedad.
Esta idea errónea viene, una vez más, de un modelo arcaico de sexualidad, que concebía las relaciones sexuales con el fin de reproducirse, por lo que todas las prácticas que no llevasen a ello, se menospreciaban.
También está muy relacionado con los tabúes para ambos sexos. Si es un hombre y le gusta este tipo de estimulación, automáticamente se da por hecho que es homosexual. Lo que nos lleva a otra idea errónea: la de que hay algo de malo en sentir atracción por alguien del mismo sexo.
En mujeres el tabú está más relacionado con la “honra” y el qué dirán,
Los pedos vaginales son síntoma de que algo va mal. Además huelen mal, y son para avergonzarse
FALSO. Los pedos vaginales se originan por la entrada de aire a la vagina, generalmente durante alguna práctica que implique penetración (ya sea un pene, un consolador, dedos, etc.).
No huelen mal, pues aunque se les haya dado popularmente el mismo nombre que a la aerofagia, ya queda claro que su origen es diferente. Y por supuesto, no hay de lo que avergonzarse, y es más común de lo que se piensa.
Hay vaginas cortas o pequeñas, por ello a veces, se produce dolor
FALSO. La estructura fisiológica de la vagina está concebida para poder alterar su tamaño, tanto, que incluso pueda salir un bebé.
Por lo que las molestias durante la penetración muchas veces puede deberse más a otros factores (espasmos en la musculatura, falta de relajación, algo a nivel fisiológico que lo pueda estar provocando, etc.) que al tamaño de la vagina en sí.
Es el hombre quién tiene que ser responsable del placer
FALSO. Las relaciones sexuales son un encuentro entre personas para disfrutar. La falsa idea de que el hombre es el dador de placer, tiene una doble repercusión: a los hombres se les sobreresponsabiliza. A las mujeres las deja como seres pasivos dependientes de las destrezas de la otra persona.
Por ello, es tan importante en las relaciones saber pedir y escuchar, así como disfrutar cuando se dedica tiempo a la otra persona, y cuando ese tiempo es el nuestro de recibir.
Masturbarse es algo que sólo hacen los hombres
FALSO. La masturbación es una práctica tanto de hombres como de mujeres. Además es saludable, divertida y didáctica. Sí, didáctica. Gracias a la auestimulación, logramos un mayor conocimiento de lo que nos gusta, y después seremos capaces de expresárselo mejor a nuestra pareja, además, ayuda a fomentar nuestro autoerotismo.
La masturbación femenina puede realizarse de muchas maneras. Para muestra, un vídeo muy interesante sobre el tema, realizado por alumnas del Grado de Enfermería de la Universidad Rey Juan Carlos.
https://www.youtube.com/watch?v=8BOJWa8takY
La mujer que se acuesta con muchos hombres es una “puta” o es una ninfómana
FALSO. Primero habría que consensuar que es “mucho”, y ello tampoco implicaría nada en concreto.
Una prostituta es una persona que cobra por sus servicios profesionales, y que se autodenomina así (como lo hace cualquier otro profesional).
Una mujer que mantiene muchas relaciones, es una persona que vive su deseo sexual como lo quiere vivir. Al igual que lo hacen los hombres, a los que ese tabú no parece perseguirles.
Tampoco implica que tenga ninguna enfermedad. Es más, según estudios recientes, las personas diagnosticadas como ninfómanas son menos de un 3%. Sin embargo, no se maneja el término “ninfómano”, pues se da por sentado que el hombre tiene más líbido, y por tanto, el mismo comportamiento en él, entra dentro de la normalidad.
Sin embargo, la adicción al sexo, tras varios estudios realizados, tiene más prevalencia en hombres que mujeres.
Sólo mediante la penetración se puede conseguir un orgasmo
FALSO. Cualquier práctica puede ser igual o más placentera que la penetración. Es una idea heredada de una antigua concepción de la sexualidad como trámite para la reproducción.
Éstos son sólo algunos de los muchos mitos que interfieren en nuestra vivencia sexual, haciendo que nuestras relaciones estén cargadas de “deberías”, desconocimiento, y falsas creencias, que nos alejan del disfrute y la satisfacción en nuestras relaciones sexuales, y nos impiden vivenciarlas desde la libertad. Os proponemos estar atent@s a qué otras ideas se os activan durante las relaciones sexuales, y ver en qué modo os afectan, y cómo podrías cambiarlas, par aumentar vuestro placer.