Aunque el título parezca contundente, según el profesor en Psicología (y especializado en relaciones de pareja) John Gottman,  y sus investigaciones  llevadas a cabo en lo que él denominó “laboratorio del amor”, parece haber 4 hábitos de conducta que, emitidas con regularidad,  predicen el mal funcionamiento y finalización de una relación.

Primer jinete:  Las críticas.

Y no nos referimos a la crítica constructiva, que puede venir desde el expresar una desconformidad aportando posibles soluciones, expresada desde la calma y la asertividad. Nos referimos a la crítica negativa, culpabilizando a la otra persona, haciendo un ataque personal. Es una crítica negativa que se emite prácticamente de continuo todos los días,  y suele venir enmarcada en “Tú siempre….”, “Es que no sabes hacer nada bien…”, “Ya estás otra vez…”.

Todos estos mensajes, van socavando a la otra persona, pues parece que a ojos de la persona con la que se está compartiendo un proyecto de vida, no sabemos hacer nada bien.

Segundo jinete. Actitud defensiva

La otra cara de la moneda “criticas”. Es una actitud que tiende a bloquear posibles vías sanas de comunicación, pues enroca las charlas o discusiones en un campo de batalla, del que es difícil sacar algo en positivo y constructivo, porque se busca continuamente el defenderse de ataques (sean éstos más o menos reales), evitar responsabilidades y tomar una posición de víctima.

Así es frecuente que se caiga en discursos de autojustificación: “No lo he hecho porque…”, “Siempre me…”

Tercer Jinete. El desprecio

Es un ataque contra la otra persona. Se menosprecia a la persona mediante mensajes negativos (“no sabes hacer nada”). Se quita valor a los sentimientos y creencias de la otra persona mediante el sarcasmo o la burla. Se ignora adrede para hacer daño, etc. Una serie de comportamientos que lo único que comunican es fuerte desprecio y rechazo. Agresividad hacia la otra parte de la pareja.

Cuarto jinete.  Actitud evasiva

Es una desconexión hacia la otra persona. Estar ausente, distanciarse. Tratar a la otra persona como si fuese un espíritu ”estás ahí, pero no te termino de ver ni de hacer caso. Eres ajeno/a a mí.”
Esto provoca en la otra persona una sensación de abandono, de lejanía, de soledad sin estar oficialmente así.

Por supuesto, aparte de los cuatro “jinetes” citados, dentro de una pareja que empieza a tener dificultades, se pueden conformar otras dinámicas perjudiciales. Por ello, es conveniente analizar la relación, detectar las dinámicas perjudiciales que se estén dando, comprender como se han formado, y empezar un proceso de reaprendizaje, para poder estabilizar la pareja, y el bienestar individual de cada persona que la conforma.