El porno es uno de los contenidos que más se consumen hoy en día. Se ha normalizado el acceso a él, incluso cada vez en edades más tempranas. Se empieza desde hace un tiempo a poner el foco en las consecuencuas de su consumo.
Así, consumo excesivo de pornografía ha sido asociado a múltiples consecuencias negativas en la salud psicológica y en las relaciones de pareja. Estudios recientes muestran que este hábito puede disminuir la satisfacción sexual, aumentar la inseguridad sobre la autoimagen, y generar expectativas irreales sobre la intimidad. Además, el consumo prolongado puede conducir a disfunciones sexuales y reducir el deseo en las relaciones reales. En el ámbito de la terapia de pareja, es común encontrar casos de conflicto donde uno de los miembros experimenta una pérdida de interés en la intimidad debido a la exposición continua a contenido pornográfico. Esta dinámica puede deteriorar la comunicación y aumentar la distancia emocional entre ambos.
A nivel psicológico, la pornografía puede influir en la percepción del cuerpo propio y del otro, fomentando la comparación con los actores y actrices que participan en este tipo de contenido. Esto lleva a una mayor insatisfacción con el cuerpo y, en ocasiones, a inseguridades que interfieren en la calidad de las relaciones. Los psicólogos y sexólogos también han identificado que un consumo habitual puede reforzar creencias distorsionadas, como la aceptación de la violencia sexual y la cosificación de la pareja, factores que incrementan las probabilidades de desarrollar conductas sexuales agresivas.
El impacto de la pornografía en el ámbito emocional y relacional no debe subestimarse. La intervención terapéutica, ya sea a través de un psicólogo especializado o en sesiones de terapia de pareja, puede ayudar a las personas a restablecer un equilibrio saludable en sus relaciones y mejorar la autoimagen, facilitando una sexualidad más consciente y respetuosa.
Fuentes consultadas:
- Villena, A., & Chiclana, C. (2018). Efectos del consumo de pornografía en la satisfacción sexual.
- Harkness, E., Mullan, B., & Blaszczynski, A. (2015). Pornografía y conductas sexuales de riesgo(